Resulta siempre curioso pensar que Galicia es un paraje verde y boscoso, pero sin embargo su riqueza gastronómica más famosa proviene de productos del mar. No es extraño, sin embargo, ya que esta tierra posee la mayor extensión costera del país, duplicando la de Portugal y superando tanto a Canarias como a las Islas Baleares. Además es, junto a Andalucía, la única región de la península que se encuentra entre dos mares, lo que da lugar a una biodiversidad marina extraordinaria. La mayor parte de esta proviene, además, de un fenómeno único de Galicia: Sus rías, mucho más pronunciadas que las del resto de países –comparables en penetración con los fiordos noruegos–, acogen un sinfín de pescados y mariscos como mejillón, angula, percebe, langosta, y, entre muchos otros, el protagonista de hoy: El pulpo.
El pulpo, probablemente el animal favorito de HP Lovecraft es un molusco cefalópodo –efectivamente, es un primo lejano del mejillón– poseedor de ocho tentáculos y una cabeza en forma de globo que lo dotan de un aspecto único y polivalente. Hay a quien le da repelús y quien lo considera adorable, pero probablemente este animal no os deje indiferentes una vez lo veáis. Seguramente al probarlo os suceda lo mismo, y si bien es mucho más común amarlo que odiarlo no hay nada que se pueda comparar a su sabor único. Probablemente por eso sea una de las grandes delicatesen a nivel mundial, y probablemente a esto responda que el pulpo a la gallega y el pulpo á feira se hayan extendido por toda la península hasta el punto de que poca gente queda sin saber qué son los cachelos.
En Galicia este marisco es muy apreciado, hasta el punto de que en diversos puntos de la costa se celebran fiestas del pulpo como la de Bueu, Mugardos o la de la Illa de Arousa a lo largo del verano. Pero la más grande, declarada además de Interés Turístico Internacional, es la de una pequeña ciudad de Ourense llamada O Carballiño. En ella cada año suelen reunirse unas cien mil personas el segundo domingo de agosto –en 2021 este próximo domingo 8– para degustar decenas de toneladas de pulpo y otras maravillas de la gastronomía gallega como la empanada –muchas veces, también de pulpo–. Tiene un ambiente extraordinario y su carácter popular la hace una de las celebraciones más enxebres de Galicia.
Todavía no entendemos por qué en las zonas de interior existe una obsesión con los moluscos. Sea en Madrid con sus calamares, en Valladolid con sus mejillones o en Carballiño con el pulpo. Lo que sí entendemos es que cada vez que hemos ido hemos vuelto a casa con una sonrisa de oreja a oreja y las ganas de repetir el año que viene. Si vais a estar por Ourense esta semana no podéis perdérosla.