Es una fiesta singular de Galicia, Asturias y comarcas del Bierzo, que como en otros muchos lugares ha tenido sus más y sus menos.
La primera idea que tenemos a nivel antropológico es datar la fiesta, buscar sus orígenes, a lo que os digo que va a ser misión imposible.
Nosotros pensamos que el origen podría estar en el Paleolítico y su función guardaría relación con rituales religiosos y/o funerarios. Asimismo podrían deberse a la necesidad de celebrar el cambio estacional, el paso del crudo y frío invierno hacia la primavera.
La idea de que son anteriores al cristianismo está más que demostrado, viene dado por la presencia de este tipo de “fiesta” en otras civilizaciones “desconocidas” hasta el s. XV, los hallazgos de estas máscaras rituales en pinturas rupestres… En efecto, la utilización de máscaras ceremoniales es anterior a la existencia del imperio romano, (el ser humano celebra que comienzan a crecer los días y decrecen las noches) pero son ellos quienes perfeccionarán máscara y careta al utilizarlas en las saturnales (fiestas en honor de Saturno) o las fiestas dedicadas al dios Liber (se permitía casi todo).
El caso es que la fiesta llegó para quedarse, cuando haya llegado, y que tiene distintas materializaciones a nivel gallego que no hará falta que os describa porque tenéis cientos de páginas sobre las mismas. Eso sí, los puntos más interesantes os los doy aquí para que no os perdáis ni un detalle:
El Entroido de Laza, el de Verín, Vilariño de Conso, los “felos” de Maceda, Cobres, los Generales del Ulla…
No están todos los lugares de buen entroido pero creo que si parte de los más representativos de Galicia, a mí personalmente el de Verín y Laza me encantan.
Todo esto no sirve de nada si no podéis reservar en algún lugar (no vale cualquier lugar) un buen cocido gallego regado con un tinto de amandi. OJO, que sea cerca del lugar donde tenéis la habitación, la casa de turismo rural o el hotel, porque coche, cocido y vino, no son compatibles. Recordad que habéis venido o vendréis a pasarlo bien, tonterías las justas.
¡Adelante y no miréis atrás!