A 26 kilómetros de Santiago, por la carretera nacional de Santiago-Ourense, en el municipio de A Estrada (Pontevedra), se encuentra el Pazo de Oca, posiblemente el mayor exponente de los conjuntos palaciegos de la Galicia del s. XVIII.
El origen de este conjunto debemos buscarlo en una antigua fortaleza del s. XII(¿?) cuyo propietario, Suero de Oca (partidario de la Beltraneja), en el s. XV por no saber escoger a sus enemigos la perdió a manos del arzobispo compostelano, partidario de Isabel la Católica.
Consecuencia de ello lugar y fortaleza pasaron a contarse entre las innumerables propiedades de la mitra compostelana, hasta que en 1564 pasa a ser patrimonio de la Corona… que vendió Felipe II a una señora llamada María de Neira por un auténtico pastizal de la época.
Sin olvidarnos que existen modificaciones del s. XVI, las transformaciones más importantesy reconversiones de la antigua fortaleza a pazo se hacen en la primera mitad del s. XVIII por Andrés Gayoso y Neira quien fallece en el 1733 y su hijo Fernando que fallecerá en el 1751. De este período al que pertenece la mayor parte de la obra de cantería se debe a Esteban Ferreiro y a su hijo. Fuera de esta etapa se realizaron cambios con mayor o menor acierto por parte de algunos de los señores que les sucederán y que le darán parte del carácter que ahora posee este majestuoso ejemplo de nuestros pazos.
Del primer tercio del s. XVIII y correspondiente a los trabajos de Andrés Galloso, VI conde de Amarante, es la reedificación de la antigua torre medieval, que se ve nada más llegar como ese elemento sobervio que nos recibe desde la explanada principal y la colosal obra del estanque doble que es eje fundamental de los jardines y que vertebra los espacios dándole unidad al conjunto.
Tampoco podemos olvidarnos que dentro de la tierra del pazo, coexisten dos realidades históricas, el jardín tanto expresión de paseo como símbolo de riqueza y, por otra parte el concepto productivo de la huerta que desde siempre ha tenido una importancia enorme, pues suministra los productos horto-frutícolas y se obtiene un rendimiento económico.
Hoy encontramos en las actuaciones sobre los jardines por parte del Duque de Segorve, dos perspectivas muy interesantes, por una parte tenemos la recuperación de los elementos ornamentales así como la incorporación de otros nuevos y como segunda actuación y la más importante, la máxima que deberían seguir otros: adecentar sin cambiar, para que todo pueda continuar como está. De hecho EL Duque de Segorve, ha respetado tanto el carácter barroco como el romántico de dichos jardines. Si, es verdad que dentro del jardín existen partes del siglo XVI, pero también es cierto que la obra del S. XVIII y XIX son tan importantes que cuando paseemos por este majestuoso jardín, entre el boj con más de trescientos años, camelias reticulatas, cryptomerias japónicas, naranjos chinos, laurel cerezo, gunneras, tulíperos de virginia (liriodendron tupilifera), pasionarias… no lo olvidaremos jamás.
Sinceramente, no puedes dejar la Tierra de Santiago sin pasear por estos jardines de ensueño, donde hasta Peter Pan dejó su huella.