Queremos contarte un secreto, tan secreto que mucha gente en Santiago de Compostela no sabe de él. Se trata de algo exclusivo, mágico, y que si sigues leyendo tienes que prometernos no contarle nada de esto a Harrison Ford: El arca de la Alianza podría estar al final del Camino, y ya sabemos lo que pasa cuando indiana Jones se acerca a ella. Sin embargo si os acercáis vosotros a verla seguramente no haya ningún problema, así que acompañadnos en esta peregrinación de Santiago a Jerusalén en una tarde. Sin trampas mortales y sin látigos, claro, pero igualmente de película.
Seguramente ya habréis adivinado que os estamos hablando de un museo. Para ser concretos, del Museo de Tierra Santa: Protegido por la orden franciscana se ubica en el claustro del convento de San Francisco, ya por sí mismo una parada obligatoria cuando visitéis Santiago –su fachada sintetiza barroco y neoclásico mientras delante del edificio se encuentra el monumento a San Francisco, una estatua preciosa y un cruceiro único– y se trata del segundo mayor museo arqueológico de Tierra Santa del mundo, solo por detrás del Terra Sancta Museum de Jerusalén. En su colección de más de setecientas piezas podemos encontrar tesoros de valor incalculable, desde muestras de artesanía de la era paleolítica hasta monedas acuñadas por el mismísimo Alejandro Magno –a pesar de esta particular declaración dudamos que Alejandro acuñase las monedas personalmente–, así como una extraordinaria colección de lámparas bizantinas que reflejan la evolución de la estética ornamental en esa región a través de las eras.
¿Y qué tiene que ver Indiana Jones en todo esto? Pues, si bien no vamos a encontrar el Arca Perdida aquí –nos ahorraremos el chiste fácil– sí nos toparemos con una reproducción a escala de la basílica del Santo Sepulcro construida por Fray Bartolomé de las Heras con todo lujo de detalles, así como copias manuscritas de los principales Textos Sagrados –Biblia, Torá, Corán–, todas reliquias de valor incalculable y un recorrido por los principales monumentos de Jerusalén, construidos a través de las eras y modelados por los imperios Romano, Bizantino y Otomano –estos tras la última cruzada.
Pero eso no es todo lo que un cazatesoros talentoso podría buscar aquí: Este museo guarda entre sus paredes impresionante orfebrería, tallas en olivo y nácar, armas que todavía hoy aúllan a coro «Deus vult» y un sinfín de secretos más que si os contamos podría arruinárseos la sorpresa, pero que estamos seguros de que os van a dejar de piedra. Si quieres conocer una Ciudad Santa durmiendo dentro de otra, sientes curiosidad por la historia que ha configurado oriente próximo o simplemente quieres hacer algo diferente cuando vengas a Visitar Santiago de Compostela busca tu sombrero, amarra bien el látigo y entra a descubrir los secretos que este templo guarda.